Es el arte de unos hombres y mujeres de Chiapas, en el Sur de México, que llevan años practicando diversas técnicas y tendencias de bonsái.
Asociados como Bonsái Chiapas Kokoro No Mori esta vez presentan entre 70 a 80 árboles pequeños pero con apariencia de viejos en una amplia sala en la parte baja de la Rectoría de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, ubicada junto al Parque Bicentenario de Tuxtla Gutiérrez.
Además de practicar un estilo de vida bajo principios de la paciencia, los bonsaistas dedican su vida a una actividad que muestra clara y abiertamente la convivencia dinámica entre el ser humano y su entorno natural, y más en estos tiempos en que, ante los efectos del cambio climático, se buscan alternativas para la construcción de comunidades sostenibles.
La exposición en Chiapas, acompañada de talleres para principiantes, para intermedios y ya conocedores de las técnicas y tendencias del bonsái, se abrió el jueves 26 de septiembre a las cinco de la tarde, con una duración de tres días.
De entre estos árboles, algunos superan los 20 años. Son obras de hombres y mujeres de Chiapas que siguen una tradición milenaria de países europeos y asiáticos, que en Japón cuenta con bonsais que rebasan los 400 años.