Foto: La Amazonia. Reuters
La oleada de incendios que afecta la Amazonia ha activado la alerta en el mundo respecto a un problema que se ha ido agravando en las últimas décadas: la deforestación de las áreas naturales. Y este es un tema que también merece especial atención en el sur de México donde aún subsiste una parte de la Selva Lacandona.
Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), en Brasil se han producido en los ocho meses de este año 72 mil 843 incendios, de los cuales más de la mitad ha tenido lugar en la Amazonia, que equivale a 84 por ciento más incendios de la cifra registrada en el mismo periodo de 2018.
El Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM) ha publicado esta semana que parte de los focos de incendios en áreas conservadas son resultado de la deforestación, porque muchas zonas registran invasiones y arrendamientos fuera de la ley.
En Chiapas, al sur de México, testimonios, como el del Capitán Piloto Aviador José Antonio Camacho, dan cuenta que lo que aún se conoce como la selva del sur de México no es más que un territorio de montañas de piedras y de ríos y lagos secos.
En medio de esa situación, así como en otras partes del mundo, han surgido iniciativas que buscan frenar la deforestación, como parte de las acciones contra el cambio climático. Entre éstas la siembra de semillas vía aérea que pretende continuar y conjuntar la suma de esfuerzos el próximo año en Chiapas, además del programa Sembrando Vida que se centra también en la participación ciudadana.