Imagina despertar una mañana, y enterarte de que te has vuelto millonario, solo para más tarde, darte cuenta de que por error, has tirado todo tu dinero a la basura. Esta es la historia de James Howells, un ingeniero alemán que sigue buscando un tesoro perdido en el basurero de su ciudad.
Dólares a la basura
James Howells, un ingeniero informático especializado en el mantenimiento de redes de emergencia, de ascendencia inglesa; decidió allá por el 2011, destinar uno de sus equipos de cómputo, para formar parte de la red de transacciones del Bitcoin; cuando ni la criptomoneda, ni el minado de datos eran populares; para cuando decidió dejar de ser parte de esta red, se le habían proporcionado 7,500 BTC, por sus servicios de minado.
Howells, continuó su vida sin volver al tema de las criptos, hasta que una mañana de 2013, se enteró del impresionante valor del Bitcoin, frente al dólar; al parecer, el joven era dueño de 7,500 millones de dólares, por lo que entusiasmado, decidió buscar su clave de acceso. No sabía, que en aquel momento en que pensaba se volvería millonario; estaba por iniciar la más larga y angustiante historia de su vida.
Para su mala fortuna, el ingeniero descubrió, que la clave estaba guardada en una vieja portátil Dell, que ya no funcionaba por mojarse con limonada; pero, como todo buen informático, guardó el disco duro en su oficina, hasta que, recordó, que meses atrás, a mediados de agosto; había hecho limpieza en su espacio laboral y tirado varios componentes informáticos a la basura, entre ellos su disco duro.
El proyecto de recuperación
Angustiado, Howells, se presentó en el basurero de su ciudad, Newport, para ver cómo recuperar su disco; al platicar con los encargados de limpia, estos le comentaron que era posible recuperar el objeto; ya que la basura se apilaba por sectores, de acuerdo a la distribución de la ciudad; por lo que su basura, estaba en una espacio de 250 metros.
Lamentablemente, las esperanzas se diluyeron, cuando el Ayuntamiento le negó el acceso al basurero; ya que una persona, no podría encontrar lo que el buscaba en un espacio tan amplio y en tan poco tiempo; Howells, no se desanimó, decidió volver con una propuesta más sólida, pero desde 2013, su proyecto de recuperación no ha sido aceptado.
En una primera instancia, se estableció que 25 personas, en un periodo de un año, lograría concluir la búsqueda; más posteriormente, fue necesario incluir el impacto medio ambiental, pero, aun cumpliendo los requisitos solicitados en papel, el Ayuntamiento de Newport, se sigue negando a darle acceso.
Razones para negarse
Para la alcaldía de Newport, no es posible realizar la recuperación en el vertedero, porque desde su posición, el proyecto es inviable; pues tan solo la búsqueda, requeriría varios millones de libras esterlinas, ya que deberán construir un nuevo espacio para arrojar las deposiciones constantes, en lo que buscan el objeto en cuestión.
Si bien, Howells en 2014, ofreció el 25% de su dinero al Ayuntamiento para más tarde, aumentar la cifra a 5.78 millones de dólares, estos se han negado, pues era una suma hipotética, que dependía de que se encontrará el disco duro en buen estado; y según algunos especialistas, las probabilidades de encontrarlo funcional, eran muy bajas.
Y es que, aunque el ingeniero, ha conseguido inversionistas, dispuestos a sufragar, parte de la búsqueda; además de que ha reducido el espacio de exploración a un área de 200 metros, con una profundidad de 15 metros gracias a planos aéreos; sin olvidar, que ha contactado a los especialistas que buscaron el transbordador Columbia, de la NASA; la respuesta, sigue siendo un rotundo «No».
Imposible recuperar
Por si se preguntan por qué la insistencia de encontrar el disco duro, resulta que los Bitcoins no son recuperables, la contraseña que se te proporciona, se liga a lo que es tu dinero, y se confirma mediante el sistema blockchain; al no existir una entidad que regule el dinero o controle los accesos, como haría un banco tradicional, no existirá quien te auxilie.
A la fecha, los 7,500 bitcoins de Howells, equivalen a 358 millones de dólares; poco más de 6 mil millones de pesos al cambio, lo que lo colocaría al ingeniero, como una de las personas más ricas de Inglaterra, eso sí, si logra encontrar su disco duro.