Nos ha acompañado desde nuestro surgimiento como especie humana. Impactó positivamente en la evolución de nuestro cerebro; y en la actualidad, los cuestionamientos sobre el consumo y producción de carne, la llevan a ser reemplazada lentamente por otras opciones, como la carne sintética.
Lo negativo de la carne
Es deliciosa sin duda, una carne asada, un churrasco, unos tacos o una hamburguesa; para muchos no serían lo mismo sin su componente esencial, la carne; pero existe un sector de la población que está optando por probar con otros elementos.
En el apartado de salud, en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) externó su postura con respecto a las carnes procesadas, la cual mantenía con estudios iniciados en 2002; ya existían algunas investigaciones sobre la relación entre los cárnicos y el cáncer gastrointestinal, de colón, o de mama.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señaló no solo el impacto negativo que la ganadería tiene en una región; sino el aporte negativo al cambio climático, equivalente al que generan las emisiones de CO2 de los automóviles.
Nuevas perspectivas
Pese a la importancia que tiene la ganadería en el mundo, siendo nuestro país el 11° productor de carnes; las nuevas generaciones demuestran empatía por el medio ambiente y los derechos de los animales, y están dispuestos a pagar más por productos consientes y sustentables.
Esta perspectiva también se refleja en el consumo de alimentos; los baby boomers, buscan cuidar mejor su salud y su alimentación al encontrarse en una edad avanzada, mientras que el 32% de los millenials y el 35% demuestran interés por el veganismo.
Por esta razón, es que vemos más etiquetas en los productos que consumimos: amigable con el medio ambiente (ecofriendly), libre de sodio (sodium and sulfate free), libre de crueldad animal (cruelty free); entre otros, que poco a poco ganan la simpatía de las personas.
Carne Sintética
No se trata de dividir en dos frentes a las personas, quién come carne y quién no, sino presentar opciones que se puedan disfrutar en una deliciosa comida, sin depender tanto de la carne.
De manera natural, los champiñones, hongos o trufas, por su textura y sabor, se han presentado como una alternativa a la carne; la coliflor también ha ganado popularidad y se ha mostrado como una opción crocante y sólida; mientras que la soya y el tofú, han sido las opciones más conocidas por sus propiedades y su maleabilidad.
A la buena intención de optar por otro ingrediente, que no fuera carne, le siguieron proyectos para procesar vegetales como el gluten de trigo, y otros más polémicos como las carnes que tenían como base las larvas de moscas o el excremento.
Finalmente, han nacido empresas interesadas por ofrecer alternativas cárnicas; a las que se le han denominado carnes sintéticas, carne de laboratorio o carne cultivada. Estas empresas extraen de una base la proteína, luego se combinan con vegetales y hemo, elemento clave en darle su coloración y saber a la carne natural.
Rey del cultivo
En este punto es que aparece Bill Gates, al iniciar su retiro de Microsoft, el fundador de la icónica empresa de tecnología, empezó a involucrarse en temas de sustentabilidad, cuidado del medio ambiente y salud.
Su andadura le involucró en la inversión de empresas de carne sintética, como: Hampton Creek Foods, Memphis Meats, Beyond Meat y la muy conocida Impossible Foods; además de adquirir amplias hectáreas de tierra para su uso y protección, lo que le hizo ganarse el sobrenombre del rey del cultivo.
La elección de este camino le ha llevado a elevar sus acciones hasta el 859%, pronosticando que para el 2025 estas se dupliquen; y se espera que, en el desarrollo de esta segunda década, productos como la carne cultivada, se encuentren presentes en muchos restaurantes y supermercados; plantando competencia a la carne tradicional.
Y es que en su postura Bill Gates no está solo, varios científicos, políticos y figuras públicas están interesados en el proceder de la Agenda Davos 2030, del Foro Económico Mundial 2021, interesadas por frenar el tan negativo cambio climático, impactar positivamente en la salud de las personas y plantar cara al desabasto de alimentos en algunas regiones.
En los próximos años, no solo comeremos carne, sino que tendremos la opción de optar por carne sintética.