Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. –Fue cuando me enviaron la dirección, que me di cuenta del cambio, sabía que Anaik’ Cap se encontraba por el Mercado de los Ancianos; pero la aplicación del celular me enviaba en rumbo contrario, hacia Jardines del Pedregal.
Cuando llegué al destino, me recibieron en el local, la dueña y fundadora de Anaik’ Cap Artesanías: Blanca Francelia Méndez Ruiz y su joven ayudante; ambos exclamaron al unísono “Bienvenido a casa”, a lo cual respondí agradecido, sin entender muy bien el por qué de la frase.
Al parecer doña Francelia pudo entrever mi confusión, pues rápidamente me aclaró, Anaik’ Cap, significa en tseltal: “Bienvenido a casa”, es una frase que nos gusta decir a quien nos visita.
Amor por las artesanías, amor por ayudar
La historia de Anaik’ Cap, inicia en la Casa de las Artesanías; ─Trabajaba ahí ─me explica doña Francelia─, pero yo no era el enlace con los artesanos; hasta que un día me pidieron apoyo para recibir mercancía.
─Fue la primera vez que noté la realidad de un maestro artesano, de una treintena de textiles que ofreció, solo seleccionamos un par; no necesitábamos más producto y el maestro se fue muy triste, pues había gastado para bajar desde su comunidad y regresaba con poco dinero.
─A partir de ahí, empecé a ahorrar, cada que llegaban los artesanos y que les quedaban muchas mercancías, yo les compraba algunas piezas y las traía para mi casa, pronto me enamoré de las artesanías.
─Ocurrió en una reunión con los artesanos, cuando me comentaron que buscaban quien les ayudara a vender sus productos, “Yo podría hacer eso” ─mueve la cabeza en negativa y continua─; no sé por qué lo dije; si era por ayudar, por el amor a las artesanías o porque realmente quería hacerlo, pero hasta ese momento no había vendido nada, y ellos me tomaron la palabra.
─Pronto me buscaron para seguir con el proyecto, al principio tenía muchas dudas y les daba largas, pero finalmente me animé; renuncié a mi trabajo, contacté a los artesanos, abrí el local e inicié a recorrer con ellos este camino en el que llevamos ya seis años.
Artesanía equitativa
Mientras recorremos el local, me explica la variedad de textiles con las que cuenta, y es como recorrer el estado en apenas 5 metros cuadrados.
Si hablamos de su origen, hay desde la zona altos hasta la frailesca; Zinacantan, Chenalho, Pantelho, Bochil, San Andrés Duraznal, Chiapa de corzo, Venustiano Carranza, Larrainzar, entre otros.
Si nos enfocamos en su hechura, podemos encontrar de telar de cintura, telar de pedal y brocados; entre los modelos, hay chazarillas, camisas, guayaberas, blusas, vestidos, rebozos, mandiles para cocinas y chef, sombreros, bolsos, carteras, monederos, cubrebocas etc.
En pequeños muebles destacan otros elementos como café, joyería con ámbar o con piedras preciosas, accesorios con hilo y pedrería, así como ornamentos de madera y laca.
Dos cosas importantes a destacar son, que los productos pueden ser solicitados a medida y gusto del cliente; y que el sistema de precios es en mutuo acuerdo entre el artesano y doña Francelia, beneficiando así a ambas partes.
La tecnología para renacer
─Fue por el Covid ─me respondie doña Francelia, cuándo pregunto la razón del cambio de domicilio, era una respuesta que ya esperaba; a nivel nacional, 8 de cada 10 MiPymes, tuvieron que implementar cambios para sobrevivir a la pandemia.
─Estuve por varios años en un local cercano al mercado de los ancianos, le tenía mucho cariño ─suspira─, era un espacio en donde me encontraban fácilmente, hasta quienes no me conocían; el día en que bajé por última vez las cortinas metálicas, me prometí que volvería, ahora no sé si cumpla esa promesa.
─Pero no todo ha sido malo ─interrumpe sus propios pensamientos─, respetamos el período de cuarentena, pero cuando se dio la oportunidad de volver a vender, decidí que la mejor formar era adaptándome a las nuevas tecnologías.
─Fue un cambio acelerado ─me muestra su celular─, gracias a mis hijos y a mi determinación de aprender, pronto entendí como formar mi tienda en línea, a través de Facebook; tomar fotografías, establecer precios y acordar los envíos.
No interrumpo a doña Francelia, pero es ejemplo de la investigación realizada por el INEGI, en la “Encuesta ECOVID-IE”; en el que aseguran que el 49.1% de las microempresas y el 46.1% de las PyMES tuvieron que acelerar su adopción a las ventas en línea.
─Eso sí, aunque tenía mi tienda en línea, quería seguir teniendo mi tienda física, adaptamos una parte de mi casa para poder recibir a los artesanos y a los clientes, además de que hacemos transmisiones en vivo para dar a conocer promociones o rematar productos.
Prohibido rendirse
Concluye su narración con una frase, ─“Tenía prohibido darme por vencida, tengo mucho por hacer, y muchas personas a las que ayudar”.
Puedes visitar Anaik’ Cap y sentirte como en casa, en el Fraccionamiento Jardines del Pedregal, Av. Selenita 151; al nororiente de la entidad tuxtleca, o contactarte con ellos en su Whatsapp 9612358681; o en su fanpage de Facebook.