Gastón Flageat, es un Ingeniero Industrial de 33 años, originario de Argentina. Durante el 2020, visitaba el continente asiático; cuando tuvo que detener su travesía a causa de la irrupción del COVID-19.
Atrapado en el extranjero
Hasta ese momento, Flageat había recorrido Japón, Malasia y Singapur; más fue en Tailandia, donde la incertidumbre por la enfermedad y la situación de cada país; le hicieron cancelar su travesía y rehacer sus planes.
Varado en el denominado, «país de las sonrisas«, optó por residir temporalmente en la ciudad de Chiang Mai, al norte de Tailandia; ahí se hospedo en el Amarati Wellnes Center, a las afueras de la ciudad.
Efecto Dominó
Buscando el lado positivo a estar atrapado en el extranjero, Flageat pudo conocer a un grupo pequeño de personas en el hotel, entre ellos quien sería su novia.
Mappy, una joven tailandesa de 36 años, especializada en ventas; iniciaría una relación con Flageat. Un día, mientras los jóvenes enamorados platicaban sobre alimentos saludables, Mappy comentó que deseaba incluirlos en su dieta; por lo que Flageat, decidió traer a la vida una receta familiar de berenjenas en escabeche.
La conserva, resultó un éxito en la alimentación de los jóvenes, que decidieron compartirlo con familiares y amigos, quienes dieron comentarios positivos a la receta. Pronto, la popularidad del producto creció tanto, que el joven argentino decidió ponerlo a la venta.
Kin Kon Gourmet
En sus primeras semanas en Tailandia, Flageat notó que los tailandeses decían la frase «kin kon» para indicar el «salir a comer»; la cual, se le hizo pegadiza al vincularla con la del popular simio occidental: King Kong. En el momento en el que tenía que ponerle nombre a su marca, la elección ya estaba hecha.
Para el logotipo, la hermana de Flageat se encargó del diseño, evocando al rey de la selva con el juego de palabras. Una vez con la identidad de la marca, la pareja comenzó a envasar y etiquetar; por lo que estaban decididos en ir a la siguiente fase: vender.
El rey de los encurtidos
La primera aparición de Kin Kon, fue en la Feria Indie Artesanal del Amarati Wellnes Center; así es, del mismo hotel en el que residía. Ocho meses después, se siguieron presentando en distintas ferias, expo ventas y bazares; hasta que al final, lograron establecer un local en el Central Airport Plaza de Chiang Mai.
Al momento, Flageat y Mappy, estiman haber vendido un total de 5,000 encurtidos; han incorporado 20 recetas a las conservas, además de las berenjenas; estando disponibles el: pepino japonés, el zuccini, los tomates secos, las aceitunas negras, los hongos, la Okra, el Malakeeno, el Cape GooseBerries; entre otros.
El siguiente paso, es expandirse, consideran necesario constituirse como empresa; cumplir con los requerimientos de la FDA, e ingresar a los supermercados. Más tarde, desean llegar a otros países, como Malasia, Singapur, China e Indonesia.
Ante la adversidad
Para Mappy, el aprendizaje más importante de este emprendimiento; es lo que puede lograr el trabajo y la cooperación en pareja; para Flageat, considera que pese a encontrarse atrapado en el extranjero, le fue posible encontrar una oportunidad para salir adelante.
El emprendimiento del rey de los encurtidos, puede aleccionarnos sobre las posibilidades durante la pandemia; pero más importante, que algunos ideas, por más sencillas y ordinarias que parezcan, pueden resultar un éxito en nuevos mercados.
