Una joven talentosa cuyas manos moldean los singulares detalles de pequeñas esculturas que simbolizan toda la sinceridad del artista; como un unicornio, Daniela lleva sus creaciones de fantasía a todos los rincones del mundo.

Ana Daniela Hernández León, conocida como Danicornio, es fundadora de la empresa que lleva su sobrenombre, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Egresada de la carrera en Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH),  se dedica a crear arte en miniatura con arcilla polimérica y con un toque kawaii que la hace destacar en el mundo artesanal.

Todo inició gracias a su madre, quien educadora de profesión le dio a Daniela un pequeño presente: una simple plastilina que ella convirtió en el punto de partida de esta aventura para alguien que desde su infancia el modelado fue su mayor diversión y el playdoid su juguete favorito.

En la vida universitaria, Danicornio necesitaba crear una empresa y no se le ocurrió mejor idea que hacer un lugar donde crear. Valiéndose de su estilo japonés, ánime y kawaii, empezó a trabajar figuras que estaban rodeadas de detalles, objetos con cara, alimentos con guiños animados.

Entonces, Daniela, quien pertenece a una familia con dos hijas y que forma parte del Colectivo Las Hijas de Eva que tiene una isla de negocios en Plaza Galerías Tuxtla, realizaba doble oficio: de día iba a un trabajo con horario completo y por las noches se dedicaba a hacer sus productos, llaveros o pulseras, trabajos personalizados como perritos, rostros o carros. Pero en algún momento decidió dedicarse al 100 por ciento a lo que le gusta, a Danicornio.

Eso lo llevó a participar en convenciones de ánime y en exposiciones en Chiapas, Yucatán, Querétaro y Oaxaca, donde la aceptación por parte de la gente fue buena. El público se ha maravillado con los detalles de las creaciones.

La originalidad de los productos ha permitido su exportación a otros países.

―La gente me dice es que siempre le pones detalles a las cosas más pequeñas.

Danicornio  ha creado pulseras, tazas, macetas, anillos, aretes, lápices, y hasta un juego de ajedrez.

Y tiene pensado expandir su negocio, hacer que todos tengan aretes de unicornio y salir a más exposiciones fuera del estado.

―Lo principal al momento de emprender es hacer lo que te apasiona ―dice.

Guarda silencio. Y de repente:

―Ya en su tiempo, tal vez en año o mañana, vendrán las recompensas, pero eso se da porque haces lo que te gusta.

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