La chica que con ideas sazona la vida

Nació en el Sur de México, se llama Karla Albores y es una emprendedora que, entre otros proyectos, tiene su propia marca de salsa artesanal

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Cuenta Karla Albores Megchun que a ella una tarde le ocurrió una idea clara de emprendimiento mientras escuchaba a su padre que hablaba de negocios con otro hombre.

Lo había acompañado a una reunión con un posible socio que proponía abrir un restaurante de comida típica con el respaldo financiero de una institución que fomentaba la apertura de negocios propios, pero de lo que se habló en ese encuentro terminó por germinar en ella la semilla de lo que posteriormente sería la artesanal salsa Shil’tiik, con registro propio.

Karla Albores
Karla Albores

Y ahora que lo recuerda, sentada junto a la mesa de una oficina en Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas, Karla Albores detalla entre sonrisas que mientras avanzaba esa plática sobre las posibilidades de desarrollar un proyecto, ella estaba diseñando en su cabeza todo el entramado de un negocio que le agregaría sabor a las comidas.

Pensaba en la justa mezcla de mango con chile habanero.

Cuando concluyó la plática, ella volvió a casa decidida de poner en marcha una empresa con producto propio.

Y esta tarde, a tres años de estar abriéndose paso en el mercado con su producto artesanal, dice que si se tiene una idea clara, ya es más fácil que se haga la cosa o, en este caso, se ponga en marcha un proyecto.

―Eso es emprendimiento ― precisa.

Y de inmediato, como para conjurar los miedos que pudieran acompañar a algún proyecto de negocio propio, agrega que una vez que se inició hay que avanzar, para hacer frente a las altas y bajas.

―Hay que fijarse metas.

En esta parte hace pausa. Levanta la vista, se aprieta las manos. Se torna algo meditabunda.

―Hay que hacer a un lado el qué dirán.

Cuando inició Shil’tiik eran seis socios, y ahora es la única que continúa con la empresa. Los demás se retiraron cuando vieron que no había ganancia inmediata.

―Hay gente que llega a decir para qué sigo jugando al emprendedor, mejor busco un trabajo estable.

Abandonan sus proyectos.

―Pero yo creo en mi capacidad. Y mis padres también creen en mí.

Lo dice con certeza. Y más adelante dirá que ahora ya suma setenta compradores de Shiiltiik.

Su salsa de mango ataulfo y habanero se prueba hasta en El Salvador.

Varios de sus amigos y amigas se han convertido en promotores de la salsa que se produce bajo los principios de emplear lo local para que se consuma lo local.

Karla Albores
Salsa artesanal Shil’tiik

Karla Albores Megchun, de padre de la ciudad de Comitán y de madre originaria de Cintalapa, nació en Tuxtla Gutiérrez. Tiene 32 años y es madre de dos hijos.

A su labor de emprendimiento se suman la coordinación de la asociación Jóvenes con Causa y su papel como secretaria general en el Movimiento por la Democracia en Chiapas (Modech).

Son los otros proyectos en los que participa como figura clave.

La mayor de dos hermanos y con carrera de Ingeniería Industrial, cuenta que su gusto por la promoción de la participación ciudadana e intervención en la toma de decisiones le nació de niña.

De pequeña le gustaba escrudiñar el desarrollo de la gente emprendedora y participativa.

De hecho su padre participaba en estrategias políticas y coordinaba a organizaciones para su intervención en decisiones para la mejora de la sociedad, y su madre es una mujer que acerca ayuda a la gente que la necesita.

―Eso me ha llevado a ser lo que soy ―expresa con orgullo.

Luego confía que hay momentos en que su padre le dice Hija, camínale por aquí o camínale por allá.

En Jóvenes con Causa encabeza a unos 80 hombres y mujeres con distintas profesiones y de distintos estratos sociales, con los que realiza brigadas de salud, de limpieza, de primeros auxilios y otras acciones de beneficio a la ciudadanía, principalmente en Tuxtla Gutiérrez.

Y con Modech, en el que también intervienen hombres y mujeres jóvenes, promueven la participación ciudadana a través de conferencias, muchas veces en coordinación con otras organizaciones.

―Mis padres me apoyan, siempre.

Karla Albores

Y cuando habla de los jóvenes, Karla Albores dice que se ha topado con hombres y mujeres dispuestos a servir a la sociedad a cambio de nada.

―¿Qué ganan?

―La satisfacción de dar.

Cuando pronuncia la frase a Karla se le dibuja una expresión de alegría, expresión de júbilo de alguien que al final del día sabe que hizo aquello que lo llena como persona.

―Eso es lo que se gana.

Principalmente, porque a la par de las acciones los hombres y mujeres integrantes de Jóvenes con Causa también han encontrado una manera de fortalecerse como equipo y como personas.

El que sabe de primeros auxilios capacita a los otros; la que sabe de enfermería, prepara a sus compañeros en cómo detectar síntomas de algunos males, y el especialista en temas laborales comparte a los demás los conocimientos de orden jurídico para que sepan cómo brindar asesoría en caso que se requiera.

Se trata de un equipo que socializa los conocimientos.

También es un equipo que esta vez está de lleno en la campaña ¡Si no lo usas, dónalo!

Es una estrategia para hacerse de ropa, calzado, juguetes y libros que servirán para niños en hospicio.

Y también una oportunidad para que otras personas sientan la satisfacción de dar.

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