Luis Pedrero González, formado como licenciado en Administración de Empresas, y con una experiencia laboral dedicada a la administración de negocios en diferentes rubros, actualmente funge como Director General del Hotel Quality Inn; un icono de Tuxtla Gutiérrez, que lleva más de 50 años en funciones.
Pensar en el futuro
Cuando contacté con Luis Pedrero en una primera ocasión, del otro lado del teléfono me encontré una voz amena, es sin duda un personaje carismático y vivaz; intento llevar mis preguntas al punto de origen del entrevistado, cuando comparte un dato de importancia para la entrevista.
Sabías que, las empresas familiares no duran más allá de la tercera generación; de acuerdo a estadísticas, las empresas que pasan de padres a hijos tienen un 98% de probabilidades de desaparecer, y de las que pasan de hijos a nietos, apenas sobreviven un 1%.
Soy de la segunda generación, -me comenta, con rostro preocupado-, quiero que el negocio trascienda de ser familiar a ser un negocio corporativo, asumo que aún tengo bastante tiempo, para dejarles un mejor futuro a mis hijos.
El impacto de la pandemia
Esta empresa la llevo en el corazón, más que un legado, lo considero parte de la familia, tenía trabajadores, antes de la pandemia, que habían trabajado desde que yo era “chiquito”.
Fue muy complicado, no me arrepiento de haber hecho lo que hice, era lo óptimo, pero no fue la estrategia de negocios que deseaba tomar; la determinación que tomamos como empresa familiar, era aguantar hasta donde nos diera la caja y en septiembre llegó a su fin.
Aunque no lo deseábamos, tuvimos que entrar en etapa de liquidación, lo que nos permitió mantenernos en equilibrio nuevamente, fue una decisión complicada, la sufrí, el ver a la cara a mis trabajadores y darles su último sobre.
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