Es toda acción que tiene un propósito claro y medible, es decir su resultado es visible y evidenciable.
En un año cuántas misiones realmente realizas? O dejas que la vida te lleve por los vientos que soplan en en el día a día sin darle una ruta a tus actividades o intentas diversas actividades que abandonas en el paso del tiempo sin revisar con cierta profundidad el avance logrado, obstáculos, depredadores y apalancamientos de tu acción.
No se trata de medir todo, porque la vida es más que eso, sin embargo la disciplina que es muy necesaria en la actual vida cotidiana con muchos distractores y que te dispersa constantemente, es necesaria para dar orden y sentido a tu andar, para que disfrutes tus logros como un nuevo estadío de vida, mejorando por ende la percepción de ti mismo.
Cuando ya definiste un propósito, lo conviertes en misión cuando le agregas una logística es decir Cómo alcanzarás el propósito? Ordenando los recursos, tiempos y alianzas enfocados hacia donde vas. En algunas tareas se requieren equipos, personas que se suman operativamente o asesoran tu proyecto. Siempre se requiere de otros en especial de quienes lo han hecho o tienen algo que tú propósito requiere.
La comunicación permanente es vital. Semanalmente debes revisar tus avances. Los lunes son un buen día por la concepción que se tiene del inicio de semana, pero tú debes escoger un día para evaluar, reorganizar y seguir.
Para que tu mente fortalezca tu determinación es saludable que iniciada una misión la termines, aunque la brecha entre el resultado y el propósito queden distantes.
En cada ejercicio encontrarás perfeccionamiento y poco a poco se crearán sinapsis en tu cerebro, para que cada misión sea técnicamente más sencilla de cumplir.
