Cómo consolidar el emprendimiento

Rubí Martínez, originaria de Yajalón, ha logrado representar la técnica de bordado de la región tzeltal, al fundar su empresa de textiles Luna Cocoa, en esta entrevista, nos explica cómo es posible consolidar el emprendimiento.

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Rubí Martínez, es una joven originaria de Yajalón, Chiapas; diseñadora de textiles con estilo contemporáneo. especialista en punto de lomillo; promotora cultural y fundadora de la empresa: Luna Cocoa Textiles.

Primeros pasos

Estudié en la Intercultural de Chiapas, en la sede de San Cristóbal de las Casas, y considero que esta casa de estudios me cambió mucho el pensamiento; a la hora de cuestionarme mi origen tzeltal, del cuál no me había formulado preguntas.

Justamente, revisando una de las gacetas que se publican dentro de la universidad, me di cuenta que en un mapa de textiles; mi región no tenía un elemento representativo, es decir, para las personas de otras localidades, nosotros no contábamos con un estilo o diseño propio.

Esto de alguna manera me inspiró, ya que conocía la técnica del bordado tzeltal de Yajalón; así que me involucré en actividades de promoción y difusión; claro que, mi trabajo se ganó un renombre, y me di a conocer con compañeros y maestros que se volvieron clientes, al solicitarme diademas, fundas, y textiles pequeños.

Ventas en línea

Mi madre notó que los pedidos iban aumentando, y decidió apoyarme. En conjunto, decidimos crear una página en facebook; en donde publicábamos los diseños que hacíamos, intentando combinarlos con productos contemporáneos.

Mientras tanto, yo encontré un trabajo en una institución de gobierno; más mi emprendimiento nunca lo descuidé; cada que podía bordaba en lomillo o punto de cruz, para avanzar con los pedidos.

En esa red social, nos dimos a conocer en el municipio, de donde me hacían pedidos; más luego me hicieron pedidos en el estado y fuera de este; desde lugares como: Ciudad de México, Estado de México y Guanajuato.

Consolidar el emprendimiento

Un día me llamó una amiga, ella era la responsable de un colectivo; me invitaba a unirme a su tienda para exponer mis productos. Cuando llegué al lugar; se me explicaron las cantidades de productos que necesitaban para exponer en anaquel; ya para ese momento, cinco mujeres se había sumado a nuestro equipo de bordado de textiles.

Más, con lo que no contaba era con un empaquetado, un nombre, logo o marca; para que los clientes pudieran identificar mis productos. Me llevó un tiempo elegir un nombre, más fue una leyenda; la de la diosa maya de la luna, la diosa Ixchel, la que me hizo decantarme por el astro nocturno.

La luna va con mi personalidad, con mis horas de trabajo, representa feminidad e Ixchel es la diosa tejedora; se le añadió la palabra cocoa, porque era una forma de referirse a la mujer indígena, en su color suave y tostado.

▶ Conoce el proceso de Rubí Martínez, para consolidar su emprendimiento, viendo la entrevista completa.

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