Apreciado amig@.
Cómo seguramente te enteraste, se anunció hace unos días que, en Chiapas, inicia un periodo de tres semanas donde la intensidad de transmisión del virus de la pandemia será alta, debido a que cada día son más los contagiados asintomáticos.
Lamentablemente, he tenido noticias directas de algunos amigos sobre situaciones de contagio entre sus familiares. Dos de esos casos se dieron en el ambiente laboral, donde el contagio inició con el trabajador y luego impactó a toda la familia y un tercer caso se dio por realizar visita a una ciudad donde la pandemia estaba en fase de máxima transmisión.
Lo común de los tres casos es que los primeros en contagiarse fueron padres, hijos o pareja del portador, es decir las personas que conviven en el espacio familiar de un hogar y los segundos en hacerlo, fueron familiares que regularmente visitan a esas familias.
Esto permite precisar que un contagiado se convierte en el portador que lleva como consecuencia al contagio de un hogar, provocando daños al principal núcleo de nuestra existencia humana que es precisamente la familia.
Lamentablemente en nuestro país, la aplicación de pruebas es reducida lo que disminuye la prevención, que sumado a un comportamiento de automedicación conlleva a que los afectados acudan al servicio médico en etapas avanzadas, lo que seguramente dificulta el tratamiento.
Te escribo esta experiencia, en primera porque basta recorrer por necesidad las calles y se observa que las directrices de intervención pública no han generado un ambiente de protección y cuidados de nuestra población. No solo se trata de recomendar sino también de vigilar y gestionar el cumplimiento de las normas en espacios públicos, en espacios privados esenciales y no esenciales, en los mercados, en el transporte público entre otros y en segunda, porque creo que moralmente debemos compartir aquello que pueda ayudar a tomar conciencia sobre el valor de nuestra vida y de los que decimos amar.
Estas condiciones nos obligan a pensar sin ser egoísta, en nuestra familia. Si realmente lo que decimos hacer como trabajar, proveer, acompañar para el bienestar de nuestros padres, hijos, pareja tiene congruencia.
Es evidente amigo que en algún momento vamos a morir y que puede ser pronto o a largo plazo. No lo sabemos. Es algo natural, es parte de nuestro ciclo. La muerte la concebimos de diversas maneras algunos nos preparamos, otros no y a otros nos sorprende de repente.
También me queda claro que no podemos aislarnos totalmente. Hay que comprar o conseguir alimentos, atender temas prioritarios para la estabilidad básica de la familia, bueno hasta comprar tortillas y que en ello podemos contagiarnos. Sin embargo no es lo mismo salir de manera temporal que exponerse diariamente.
Amiga, amigo; Con esta reflexión no pretendo convencerte. La decisión es tuya. Mi único interés es seguir conversando contigo, contar con tu amistad y sobre todo seguir creando, innovando, emprendiendo, inspirando en suma viviendo. La única manera que conozco para que esto suceda, es conservando esta maravillosa forma humana.
Pronto espero saludarte. Ruego a nuestro creador o en la fe que alimentas tu espíritu y pensamientos, para que estés bien tú y tu familia.
Un fraterno abrazo 👍
Nadie lo hará por ti ☝️