Conocí al maestro Antonio Zazueta Armenta cuando fui su colaborador en el año 1996. Era las épocas de insurgencia y movimientos sociales que surgían después de la irrupción zapatista de 1994.
De carácter fuerte y de compromiso serio apegado a la razón, compartí momentos complejos donde la firmeza de las normas con amplios periodos de negociación siempre prevaleció en la solución de conflictos.
Ahí conocí que la fortaleza de las instituciones se da en la medida que sus directivos tengan la apertura de atender los problemas siendo respetuosos y congruentes con sus propias normas y lineamientos. Cuando no es así, se da un debilitamiento de las estructuras y del impacto del servicio que se brinda a la población.
Hoy con motivos de su cumpleaños tuve la oportunidad de saludar al Mtro. Antonio Zazueta y reiterarle mi amistad y aprecio por el aprendizaje que adquirí pero también por la oportunidad de seguir coincidiendo.
