Fredy Castellanos de la Torre, es originario del municipio de El Parral, Chiapas, radicó en Villaflores dedicándose a las Artes Marciales, y actualmente es el fundador de la compañía industrias alimenticias Yomax.
Algo interesante de nuestro inspirador, es que una de sus más grandes pasiones eran las artes marciales, y todo perfilaba a una vida laboral orientada enteramente al deporte. No puedo ocultar mi intriga, en qué momento la vida de Fredy se orienta a la producción y venta de yogurt.
Cambiar de perspectiva
Mi pensamiento estaba en las artes marciales, yo deseaba dedicarme al Karate, más el padre de uno de mis discípulos; me invitó a colaborar en la institución bancaria en la que él laboraba, mi perspectiva en este punto cambió.
Trabajé 7 años hasta lograr un puesto gerencial y cuando creí que seguiría ascendiendo, la institución comenzó a tocar fondo y procedió a cerrar sus puertas; claro que tuve acceso a mi liquidación, la aproveché para iniciar mi negocio.
Tocar fondo
Algunos creen que saliendo del banco inicié con el yogurt, pero mi primer emprendimiento fueron los pescados y mariscos; mi suegro estaba en ese negocio y le iba muy bien, por lo que pensé que, con ese respaldo, también me iría bien.
Al poco tiempo quebramos, tanto por mi desconocimiento del negocio; algunos malos manejos, y finalmente por una estafa que me llevó a tocar fondo.
El problema no solo fue que quebré, sino que quedé con un adeudo y me iban a quitar mi casa, en medio de una depresión muy grande; un día salí a caminar para despejar mi mente, y pasé por una librería, con el poco dinero compré un libro que me llamó la atención.
La chispa del emprendimiento
“Piense y hágase rico” era el título del libro, su autor Napoleón Gil, me senté a leerlo y ahí tuve una idea que lo cambiaría todo.
Regresé a mi casa muy emocionado, y le dije a mi esposa, ¡Vamos a hacer yogurt!; el problema es que ninguno de los dos sabía hacerlo, el libro no hablaba de yogurt, así que teníamos que buscar a alguien para que nos enseñara.
Afortunadamente encontramos a nuestro maestro, iniciamos produciendo 5 litros de yogurt casero, el lácteo vino de unos viejos lecheros que pasaban con sus ánforas metálicas por la calle.
Cuándo platico con las personas, piensan que yo tenía los recursos, la estructura, el dinero, el conocimiento, algo bien planeado para un proyecto. No, yo venía de tocar fondo y lo único que tenía era las ganas de salir adelante.
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