Líderes humanistas para un mundo renovado

Todos debemos participar

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La crisis es una situación grave, de alto riesgo que generalmente demanda acción inmediata para superarla, evadirla o enfrentarla. Desde el punto de vista del liderazgo dinámico, en épocas de crisis, la democracia se reduce y se incrementan las decisiones unilaterales con soporte técnico o científico.

El primero de diciembre de 2019, se detecta el primer caso de coronavirus y el 11 de marzo del presente año, la Organización Mundial de la Salud lo declara como pandemia. Muchos países activaron acciones hasta radicales, mientras que otros contenían su actuar en una especie de mesura de ignorancia o de creencias exageradas.

Hoy escuchamos o leemos, que hay instituciones de gobierno que aún se capacita al personal médico, o que todavía están llegando a nuestro País compras de insumos o equipos. De igual manera muchos líderes aún no creen lo que está aconteciendo y buscan explicaciones políticas, económicas o paranormales.

Una de las principales características del líder, es su visión y capacidad para transmitirla, pero esta visión generalmente se conforma de información veraz, conocimientos previos y sobre todo intuición para anticiparse.

La Crisis Sanitaria está derivando otras crisis como la económica, política o social. Pero hay una que comienza poco a poco a manifestarse y es la crisis de liderazgos. Pareciera ser que algunos solo estaban preparados para la bonanza. Encontramos desde líderes que creen saberlo todo, hasta los que continúan con sus propios pleitos y otros simplemente desaparecieron.

Pero si revisamos nuestro entorno no siempre se requiere de los liderazgos para atender temas comunes, porque cada uno de nosotros tiene algún nivel de liderazgo.

Claro que es posible, porque el mundo se está deteniendo para todos. La naturaleza se está regenerando en esta pausa. Entonces, porque en la especie humana no aprovechamos este momento, ¿Para hacer surgir nuestras potencialidades de liderazgo?

Alguien tiene que ocupar los vacíos del andamiaje político, económico y social. Hay mucho tiempo. Debemos partir por revisar información veraz que nos permita vislumbrar escenarios donde podamos intervenir para cuidar de nosotros, nuestra familia, pero sobre todo acompañar a otros que tienen menos posibilidades.

De entrada, no debemos reducir la crisis a un tema sanitario, también hay que ver los componentes de abasto, económicos, sociales, mentales y espirituales. Cuando el tiempo pase y la contingencia se aleje de nuestros recuerdos, seguramente habremos desarrollado capacidades de liderazgo; entonces sabremos que, para elegir los próximos líderes, su actuar es y será el mejor referente que sus huecas palabras.

Nadie lo hará por ti ☝️

 

 

 

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