Dice Alex Alegría que lo de su foto bajo la tormenta de nieve en Vancouver, Canadá significa un giro radical en su vida, pese a que su destino había empezado a cambiar hace diecisiete años justo a dos cuadras del lugar donde el fotógrafo Cameron Frazier captó su imagen a media tarde del pasado 15 de enero sin que él se diera cuenta, en la que se ve vestido de mariachi, guitarra en estuche y avanzando ante las dificultades del clima.
Alex Alegría es, además de fundador de la agrupación, compositor y guitarrista del Mariachi Los Dorados. Nació hace 43 años en Tuxtepec, Oaxaca, en el sur de México, pero a sus 20 años migró a Vancouver, Canadá para cursar unas materias como conclusión de sus estudios profesionales en Turismo que una gran parte lo hizo en Acapulco, Guerrero. Una vez fuera de México se quedó a radicar en el país norteamericano.
La tarde que le hicieron la fotografía que se volvió viral en las redes sociales, Alex y sus once compañeros del Mariachi Los Dorados estaban por terminar de filmar un video musical bajo la dirección de un cinematógrafo. Habían empezado con los trabajos como a las 13:30 horas, y poco a poco se había ido juntando la gente para observar a los hombres de sombreros de ala ancha y trajes llamativos con la hoja de arce en las espaldas. Se trata de un video con motivo del 17 aniversario del grupo y lo lanzaron al público el 21 de enero.
―Y el uniforme es especial ―dice Alex Alegría del otro lado de la línea.
La entrevista con Alex se realiza vía telefónica. Puntual a la hora que él mismo fijó, ya estaba en línea a las 19 horas. Habla con calma pero preciso y con buen timbre de voz. En un momento dirá que desde la tarde que se conoció su foto en las redes sociales ha estado día y noche programando entrevistas con medios locales y nacionales de Canadá y con medios extranjeros entre los que figura la prensa mexicana y europea.
Los mariachis de Los Dorados escogieron los colores y el logo de la bandera canadiense como distintivos de sus trajes en homenaje al país que les ha dado cobijo y permitido crecer como agrupación musical, porque de los doce integrantes, sólo dos son canadienses, uno de ellos indígena, los demás tres son de México ―de Oaxaca, Jalisco y Nayarit― y el resto de Taiwán, Ucrania, China, Filipinas e Italia. La elección de los colores es una manera de decir Gracias, Canadá.
―¿A dónde va el mariachi que camina bajo la tormenta de nieve?
Hace Alex Alegría una breve pausa; toma aire. Se le oye una risita, antes de responder.
―La gente cree que voy camino al trabajo.
En la foto, un hombre delgado, de profuso bigote, con sombrero de ala ancha, de guantes y estuche en mano y gesto decidido, y de pulcro traje colorido tocado con jirones de nieve, camina bajo la tormenta, hacia alguna parte.
Lo cierto es que Alex Alegría estaba terminando por actuar el último guión del video musical. Había recibido instrucciones del director de cámara, de que caminara y no volteara la vista mientras una cámara lo iba siguiendo desde atrás.
Todo eso era planeado, pero lo que no fue planeada es la fotografía que captó un fotógrafo ajeno al proyecto de video.
Ni cuenta se dio Alex Alegría del momento en que Cameron Frazier le tomó la fotografía, porque, además, justo en el momento de esa escena de la caminata, se arreció la tormenta de nieve. Concluyó con esa escena y como cinco minutos después de realizada esa fotografía, que en el reloj que aparece en la misma toma marca las 15:55 horas, los mariachis y productores se marcharon a casa. No hubo necesidad de ir al trabajo, porque debido a la tormenta ese día no abrió el restaurante donde le tocaba actuar a Alex.
Y ya en casa, como una hora después, uno de los seguidores del Mariachi Los Dorados en las redes sociales le preguntó si ya había visto su fotografía que estaba circulando.
Cuando lo vio, supo que su imagen se había vuelto viral.
Empezó a sonar su teléfono; eran medios locales que lo buscaban para entrevistarle.
Y desde esa tarde del miércoles 15 de enero, Alex Alegría sigue programando entrevistas. Con entusiasmo comparte que le acaban de avisar que ha sido publicado por un medio francés. También comenta que lo han entrevistado televisoras nacionales de México.
Dice que hoy, martes, lo entrevistaron en el programa estadounidense Despierta América de la cadena Univisión.
―No nos ha dado tiempo ni de festejar esto bonito que nos ha pasado ―expresa.
Sólo en Facebook, en seis días la imagen del mariachi bajo la tormenta de nieve en Vancouver, Canadá ha sido vista por 33 millones de personas y compartida 80 mil veces.
Casi silabea las cifras Alex Alegría cuando las pronuncia.
¿Cómo ha cambiado su vida?
―Es un proceso muy bonito ―responde.
Dice que hay felicitaciones, comentarios de apoyo, mayor orgullo, más unidad por la mexicanidad y mayor convencimiento de estar donde se está. Hay alegría en los integrantes del Mariachi Los Dorados y la familia ―en Oaxaca― está orgullosa, jamás pensó que esto fuera a explotar de esa manera.
Mariachi Los Dorados tiene una trayectoria trazada, porque no se trata de un grupo que haya iniciado apenas, pero lo que ha pasado a raíz de la fotografía representa un cambio radical, prácticamente los conocen en todo el mundo.
―Eso es algo muy bonito ―resume Alex.
Alex Alegría llegó a Vancouver, Canadá hace 23 años.
Hace 20 años empezó a interpretar temas del género ranchero para alegrar su estancia en el país norteamericano, porque desde la preparatoria que cursó en Tuxtepec, Oaxaca, había venido perfeccionando su dominio de la guitarra acústica.
Mientras, trabajaba en una fábrica.
Pero sin amigos en ese país, sin conocidos, sin acceso a radios y televisores que transmitan en español y sin la tortilla de maíz en la comida, se deprimió.
Entonces, se le presentó como refugio la música. Decidió tocar en las calles de Vancouver y encargó con alguien de Jalisco un traje de mariachi, de modo que hace 17 años hizo su aparición con su uniforme y un sombrero de ala ancha en el centro histórico de Vancouver.
Interpretaba canciones de José José, de Marco Antonio Solís y del grupo Maná, además de algunas composiciones suyas. Y a la semana que llevaba tocando en las calles, se le acercó un chico con violín en mano. Era un violinista que tocaba música clásica. Y al poco se les unió otra persona que toca la trompeta, un jazzista.
Tocaban al mismo tiempo, pero cada quien en el género y estilo que sabía.
Todos los días se encontraban en el mismo lugar para tocar de cinco de la tarde a las once de la noche, aparte del tiempo que ocupaban para ensayar las piezas que iban sumando a su repertorio conforme personas conocidas o mexicanos que viajaban a su país les obsequiaban con discos de artistas como Juan Gabriel, Lola Beltrán, Vicente Fernández y del Mariachi Vargas.
―Ten; fui a México y me acordé de ti; te traje un disco ―le decían cuando lo visitaban en la calle donde tocaban para obsequiarle el disco.
Así fue ampliando su repertorio, hasta que de repente se les acercó un colombiano y les dijo que quería contratarlos para una presentación en una fiesta, pero tenían que completar los siete elementos como mínimo.
Ahora son doce, pero entonces juntaron los siete elementos.
―Y quiero que todos se vistan de mariachi ―agregó el colombiano.
Sólo Alex Alegría llevaba el traje de mariachi, por lo que tuvo que recurrir a un sastre en Vancouver para encargarle les confeccionara las chamarritas y a una amiga le pidió los ayudara a conseguir el resto se sombreros con ala ancha.
El 5 de mayo de 2003 debutaron como mariachis en Vancouver en un lugar ubicado justo a dos cuadras donde 17 años después un fotógrafo captara la imagen de él bajo la tormenta de nieve.
―Creo que esto es algo que ya iba a pasar ―suelta Alex Alegría, quien reviste de significado premonitorio a esa primera presentación.
―Fue todo un éxito.
Y cuando dice eso, cuenta que desde esa presentación el Mariachi Los Dorados no ha parado de tocar: se ha presentado en fiestas, en eventos públicos y privados, en las embajadas de varios países: Alemania, China, Inglaterra, España, China e Indonesia.
El Mariachi Los Dorados ha tocado en lugares y ciudades de Vancouver a Toronto y de Vancouver a Yukon.
Así es como Alex Alegría trata de resumir o graficar en el territorio canadiense la amplia presencia de su grupo en ese país.
También han tocado en Estados Unidos, en Las Vegas, y también en siete estados de la República Mexicana, incluido Jalisco, la tierra de los mariachis.
¿Y en Oaxaca?
―No, en Oaxaca aún no ―responde de inmediato.
Han tocado en Acapulco, en Puerto Vallarta, en Cancún, en la Ciudad de México, y participado en algunos festivales de mariachi celebrados en Jalisco.
El Mariachi Los Dorados tiene tres discos grabados: dos con interpretaciones de temas clásicos, como Cielindo Lindo y Son de la negra, y uno con canciones originales.
Alex Alegría es el compositor del grupo, además de tocar guitarra.
Cuenta Alex Alegría que él es el único músico en su familia.
Mayor de tres hermanos, su gusto por la guitarra empezó cuando cursaba la preparatoria en Tuxtepec, Oaxaca.
De niño se interesaba más por montar a caballo y en bicicleta, participar en carreras pedestres, practicar artes marciales y jugar al basquetbol.
―También disfrutaba de mi familia; somos muy unidos ―dice.
Y de inmediato señala que el orgullo por la mexicanidad y el gusto por las tradiciones los trae de familia.
Y como para darle mayor fuerza a sus palabras, cuenta que apenas se casó el año pasado y la boda se celebró en Tuxtepec, Oaxaca. Su esposa, muralista originaria de la Ciudad de México, tiene especial aprecio a la riqueza cultural de esa entidad del sureste mexicano.
Por lo tanto, él, Alex, es un hombre orgulloso de ser mexicano, quien esta vez siente mayor compromiso de gratitud con las personas que le han expresado su admiración y respaldo desde cualquier parte de México y del mundo, además de quienes lo han impulsado para salir adelante en Vancouver, Canadá.
En algún momento de la entrevista, recuerda que esa tarde de miércoles 15 de enero, cuando filmaban el video musical y poco antes que su imagen saltara a las redes sociales, el director de cámara le dijo: Camina y no voltees.
―Así es… ¿Qué sigue? Continuar con las presentaciones ―precisa.
Y antes de concluir la entrevista, suelta una analogía:
―Como en la foto; llueva, truene o relampaguee, hay que seguir adelante.