Antes de marcharse, Mayumi García dice que ahora ya no sólo es ella, sino México es su bandera.

Con esa frase trata de resumir las prisas por las que está transcurriendo su vida en estas semanas previas de irse a combatir en el Campeonato Mundial de kickboxing en Sarajevo, Bosnia Herzegovina.

Mientras habla se ajusta el calzado deportivo, echa un vistazo a los implementos que esta tarde ha traído a la escuela de Taekwondo y levanta la vista hacia un hombre que la apremia para ya irse.

 

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Mayumi García, deportista de alto rendimiento, vive en Pichucalco y da clases en el pueblo vecino de Juárez, en el norte de Chiapas, pero hace poco empezó a entrenar en Villahermosa, Tabasco.

―Ya me voy ―suelta.

 

Son las seis de tarde y María Mayumi García Pérez está cerrando el entrenamiento del día con sus alumnos.

Este lunes de agosto ha trasladado el entrenamiento a un espacio de una institución municipal, porque el casino social del pueblo está ocupado con un evento de un artista local con fama nacional.

Con dos niñas y tres niños saca la clase que esta vez se ha enfocado al entrenamiento físico y a las prácticas de formas.

Dice que en total atiende a 47 alumnos, pero la mayoría, familiares y parientes del artista, esta vez no se presentaron.

Mientras ayuda a que un niño coordine sus movimientos, levanta la vista y nota que está en la mira de la cámara.

 

mayumi-garcia
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Mayumi García Pérez tiene una estatura de un metro con sesenta centímetros.

Piel clara, cara ligeramente alargada y largos brazos.

Pesa 64 kilos, pero está trabajando para recortar.

Segunda de tres hermanos, por las prisas en que anda por los preparativos y porque sabía que no iban a llegar todos sus alumnos este día disminuyó las horas clase. La de hoy es de una hora, ante las tres o cuatro horas normales.

En medio de un salón de fino piso y sin paredes, se mantiene dando instrucciones o mostrando algunos movimientos fuera de un rectángulo en el que se mueven los pocos alumnos sin salirse.

―Repite, repite ―pide a uno de los niños más pequeños.

De pronto, una orden: En la línea.

Los alumnos empiezan a correr en fila sin salirse de las líneas del rectángulo.

Corren y corren.

 

 

―Alcánzame en Juárez.

Eso alcanzó a decir vía telefónica Mayumi García Pérez antes que se interrumpiera la llamada. Estaba en carretera.

Alguien, en Pichucalco, me había advertido:

―Si quieres encontrarla, búscala en Juárez, allá da clases todas las tardes y luego se va a Villahermosa a entrenar.

En Pichucalco, un pueblo de agricultores, ganaderos y comerciantes en la línea fronteriza de los estados Chiapas y Tabasco en el sur de México, se sabe que Mayumi irá en octubre a pelear kickboxing en el país de los Balcanes.

―Tiene tablas ―musitó alguien que escuchó la plática en la plaza central del pueblo.

Luego, otra persona comentó que Mayumi ha peleado en otros estados de México y en países como Estonia y Paraguay.

Pero esta tarde se encontraba camino a Juárez, un caluroso pueblo a media hora de carretera de Pichucalco.

Y cuando entró de nuevo la llamada telefónica, Mayumi García Pérez advirtió que no tardaría mucho en Juárez. Aceptaba la entrevista, pero ésta tenía que realizarse entre el término de la clase y la marcha casi inmediata a la ciudad de Villahermosa. Le tocaba entrenamiento físico y mediciones.

 

Ya despedido a sus alumnos, toma asiento bajo el alero del edificio.

―Soy de Pichucalco ―dice como si intentara dejar en claro las cosas de una vez por todas.

Nació en Pichucalco hace 25 años, enseña en Juárez desde hace tres y entrena en Villahermosa hace no mucho.

Acostumbrada al quemante clima de la zona, se la nota fresca pero algo apurada. Acerca su mochila deportiva para tenerla lista y cogerla apenas se disponga a marcharse.

―Me fui a entrenar a Villahermosa porque busco nuevas oportunidades ―precisa.

Cuenta que entrenó en una escuela que enseña una serie de disciplinas de artes marciales en Pichucalco, de modo que cuando alguien le habla de Jiu jitsu ella sabe cómo pelear eso, si le hablan de Kudo ella sabe cómo defenderse con esa disciplina, si le hablan de Sambo, ella sabe…

―Pero ahora me gusta más el kickboxing.

 

mayumi-garcia Foto: Hèctor Solis
mayumi-garcia Foto: Hèctor Solis

Mayumi García Pérez relata que ha peleado en campeonatos regionales y nacionales. De sus triunfos más cercanos, con el Campeonato Nacional de Taekwondo celebrado en Oaxaca ganó el pase para irse a combatir al Campeonato Juvenil de Taekwondo en Estonia.

También, como parte de la Federación Internacional de Taekwon-DO (ITF-México), peleó en Paraguay.

Dice que en Paraguay le ocurrió aquello de que en una competencia das lo mejor de ti, sientes que estuviste superior a tu oponente, pero a la hora de la premiación le alzan la mano a tu contrincante.

―Pero soy una persona que se dice sí puedes.

 

En esta parte, Mayumi García platica que llegó al deporte por su salud.

De niña, se fue de espaldas con una silla y su cabeza botó sobre un concreto de cemento.

Entonces, aún pequeña empezó a padecer migrañas. De esos dolores que te llevan a no querer ver la luz, que prefieres estar en un lugar a oscuras.

Había que medicarla. Pero sus padres optaron por el deporte como alternativa para ella. La inscribieron a un pequeño club de futbol, pero no tardó en retirarse de ese deporte, ahuyentada por el sol.

Buscaron otra alternativa y fue el taekwondo.

Dice Mayumi García que su entrenamiento formal empezó a los 14 años, pero unos años adelante hasta los 21 tomó decisiones que la afectaron temporalmente en la disciplina que se requiere para ser una peleadora profesional. Dejó de entrenar algunas veces.

De esas decisiones es que una vez se fue a Mérida a vivir con sus padres durante nueve meses. En ese tiempo abandonó los entrenamientos, los ejercicios físicos. Cuando tomó consciencia de eso, retornó a Pichucalco a la casa de sus abuelos.

Regresó a los entrenamientos.

 

Ahora que apenas regresó de una concentración en el Centro de Alto Rendimiento de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), dice que ya no sólo es ella, sino México es su bandera camino a Bosnia y Herzegovina.

―Voy como seleccionada nacional ―agrega.

Luego confía que de esas decisiones erradas ha sacado lecciones para obtener madurez, y por eso esta tarde está apurada porque tiene que estar en un rato en Villahermosa.

―Ya me voy ―repite y se pone de pie. Coge la mochila.

Son más de las seis de la tarde, pero aún bajo los árboles que dan sombra a los edificios públicos donde hoy ha dado clases Mayumi García se siente el aire caliente.

Toma camino la peleadora de kickboxing.

En octubre, del 19 al 27, con el respaldo de la Federación Nacional de Kickboxing (WAKO México), competirá en Sarajevo.

 

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