La honestidad como bandera del emprendimiento

El empresario Javier Ruiz, nos enseña cómo por medio de la honestidad, podemos encontrar el camino hacia el emprendimiento

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Javier Antonio Ruiz Morales, ingeniero de profesión, con maestría en Procesos Económicas y maestría en Finanzas; fue empresario abarrotero por 18 años, fundó la primera fábrica de refrescos para niños y la primera fábrica de escobas y trapeadores,  actualmente dueño del Servicio de Mantenimiento Automotriz: CTS, y las financieras: Empeños del Sur y Préstamo Fácil.

-La historia de Javier es admirable, cuando la vida nos arrastra hacia un momento de crisis, podemos quejarnos de la situación y levantarnos como podamos; o levantarnos con fuerza, con las ganas de llegar hasta arriba.

Fuera de la zona de confort

Estudié geología en la Politécnica de Tuxtla Gutiérrez, y durante 13 años ejercí con pasión mi carrera en la Ciudad de México. Desafortunadamente en el 82 se vino una devaluación, una de las tantas que hemos tenido; y cortaron aquello que consideraron innecesario, en este caso las ciencias y la investigación, así que me regrese a Chiapas.

De vuelta en mi terruño, entré a trabajar a un área de mantenimiento; sinceramente deseaba ejercer como profesor, pero estaba difícil la situación; así que entré a este lugar que se dedicaba a los abarrotes, y le puse tanto empeño que fui creciendo hasta llegar al puesto de subgerente.

Ya en un puesto de mando, tuve contacto y conocimiento con las áreas de compras y de servicio automotriz; no era un mal trabajo, pero me dije un día, esto no es para mí, no puedo quedarme solo con esto, así que empecé a pensar que más podría hacer.

“Trabajar con los jóvenes, porque ellos salen a darlo todo con entusiasmo, y es posible encausarlos para lograr algo mejor.”

Innovar siempre

Con los objetivos claros, procedí a renunciar; y me liquidaron bien. Una vez libre, me asocié con mi hermano y emprendimos con una abarrotería;  pero no quería ser un solo abarrotero, quería crecer e innovar.

Si nosotros copiamos y con eso nos quedamos, no llegaremos a ningún lado, hay que innovar.

Nos preguntamos con mi hermano, cómo podemos marcar la diferencia, y la encontramos en el servicio movil y las entregas a domicilio; a este servicio lo denominamos «Vendedores de Changarro».

Contratamos a 15 personas, e hicimos acuerdos con Conalep para que los capacitaran en ventas. Una vez capacitados; hicimos sus rutas, y llegaban a los clientes disponibles en cada ruta o, se acercaban a su domicilio; en ese momento no había otra oferta igual.

La honestidad como bandera

Entre mis responsabilidades en mi anterior trabajo estaba encargado del mantenimiento a vehículos, ahí observé que habían necesidades que se podían optimizar para no necesitar subcontratar; por lo que aprendí sobre este rubro.

La consolidación del taller de mecánico, ocurrió cuando me cambié al sector público y a la actividad política; potencié esta actividad, pero para mejorarla, opté por adquirir una franquicia.

Lo más importante de la evolución de mi trabajo, es que siempre me dirigí con honestidad, tanto como trabajador, como empresario.

“Si no trabajas con honestidad, no puedes solicitar honestidad”.

▶ Entérate de todas las enseñanzas de Luis Pedrero, en su entrevista completa:

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