Se acerca diciembre y con él, el espíritu navideño; ha llegado la hora de adornar el hogar y buscar un lugar par colocar el pino, más una actividad que requeriría sólo de salir a la tienda con adornos más cercanos, para otros, es todo un ritual.
Así es, para algunos mexicanos, estas fechas significan salir a disfrutar del turismo navideño; efectivamente, una suerte de paseos tematizados, en donde conseguir las adornos que alegrarán nuestros hogares, tendrán etiqueta de manufacturado en otro lado.
Chignahuapan
A 90 minutos de la capital del estado de Puebla, se encuentra el municipio de Chignahuapan, que en su raíz náhuatl, significa «Sobre los nueve ojos de aguas«; una localidad con una amplia carga histórica, que va desde el asentamiento de los totonacas, hasta su consolidación como Villa, en tiempos de la Colonia.
Su nombre, proviene de la presencia de aguas termales, distribuidas en diferentes puntos de la localidad, de las cuales, además de relatarse que son medicinales, se extraen leyendas, que las identifican como las aguas que se utilizan para cruzar al inframundo.
Como podrás imaginar, por su historia, arquitectura, baños termales y tradiciones; Chignahuapan se ha granjeado el nombre de: «Pueblo Mágico»; más es otra actividad por la que es reconocida la comunidad poblana, y esta es, por el oficio del vidrio soplado y las esferas de navidad.
Esferas navideñas
En 1965, el Ing. Rafael Méndez Muñoz y el Sr. Héctor Rodríguez abrieron los primeros talleres de vidrio soplado, especializados en la elaboración de esferas navideñas. Tanto para su elaboración; como decoración, utilizaban técnicas artesanales nacidas de la localidad.
Pronto sus productos comenzaron a tener éxito, especialmente por su estilo único de decoración; razón por la cual, fue necesario contratar más mano de obra. Al notar que la demanda de esferas navideñas iba en crecimiento; otros artesanos se unieron a la producción e inició la competencia.
Durante los siguientes años, se daría un fenómeno en el que los aprendices, se desvinculaban de sus maestros para crear sus propios talleres; generando además de un creciente número de talleres y artesanos, el ingreso de nuevas técnicas.
Tradiciones que perduran
Actualmente Chignahuapan cuenta con 400 talleres, un pequeño taller familiar produce al día 1,500 esferas; lo que se traduce a todo la comunidad, en una producción anual de entre 150 a 200 millones de esferas navideñas, además de un basto número de adornos de cristal; que aluden a la navidad.
La calidad de estas esferas artesanales, ha sido reconocida no solo por los mexicanos; sino por los europeos, ya que se exportan al viejo continente; especialmente a la Ciudad del Vaticano, en donde son muy valoradas.
Aunque todo el año puedes encontrar esferas y adornos navideños de cristal, en los primeros días de noviembre; se celebra en Chignahuapan, la Feria Nacional del Árbol y de la Esfera de Navidad; la cual da apertura a las primeras celebraciones navideñas.
Si deseas hacer turismo navideño, y que tus próximos adornos tengan una mágica historia detrás; visita Chignahuapan, la capital y sede de las esferas navideñas.
