México cierra esta semana con una decisión trascendente de su presidente Andrés Manuel López Obrador que, de ser replicada por todos los servidores públicos del país, representa un sólido punto de partida para abonar esfuerzos en la ruta del desarrollo de los pueblos.
El presidente López Obrador dijo, a ocho meses de gobierno, que ya no echará culpas a los gobiernos anteriores y desde ahora todo lo que suceda en el país ya es responsabilidad de su gobierno.
La declaración trae a cuento el clásico relato de aquél hombre que dejó dos cartas a la persona que había heredado una gran empresa, con la consigna de que abriera las cartas sólo en casos de suma importancia. La primera decía cúlpame a mí de los problemas mientras buscas soluciones y la otra dejaba en claro que habría que asumir la completa responsabilidad.
Entonces, el mensaje del presidente deja en claro que no es una mera definición de la postura del jefe máximo del estado mexicano, sino es una invitación abierta a todos los servidores públicos, ediles, legisladores y gobernadores, a asumir la responsabilidad total ante cualquier desafío que represente el bienestar de la sociedad.
En su intervención de este jueves, López Obrador sostuvo que ahora “ya no es para estar diagnosticando. Ya sabemos: hay grandes, graves problemas nacionales y los tenemos que enfrentar”.
