Se encuentran en las profundidades del mar y proporcionan un enorme potencial transformador para la reducción del cambio climático, la disminución de la contaminación marina y poner fin al hambre, hablamos de las algas marinas.
La agricultura oceánica sigue siendo algo muy desconocido para muchas personas, pero si tan solo la humanidad cultivara de manera sostenible el 2% de los océanos, se podría aportar las proteínas suficientes para llegar a alimentar a todo el mundo según Vincent Doumeizel, asesor principal para cuestiones relacionadas con el océano del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y especialista en algas marinas.
Las algas marinas son ricas en proteínas, vitaminas, zinc y hierro, también son bajas en grasas y carbohidratos. Doumeizel, considera que las algas marinas poseen el potencial de convertirse en un alimento de uso común. La mayoría de los japoneses consumen algas marinas tres veces al día, en Corea, se utilizan en muchos platos y en China las consumen muchas personas. Esto puede ser un factor en cuanto a la disminución de los niveles de enfermedades no transmisibles en estos países.
Las algas marinas, no necesitan tierra, agua dulce o pesticidas, lo único que requieren es sol y agua salada. También poseen beneficios ambientales si las utilizamos como alimentos para los animales, se pueden utilizar como fertilizantes naturales, como un reemplazo para los plásticos, como componente de medicinas y cosméticos y desempeñan una lucha importante contra la contaminación en los océanos, limpiando el agua de nitratos y fosfatos.
